Luna afirmó que nunca se considera el modelo educativo para analizar el problema que hoy enfrenta la sociedad ecuatoriana en las aulas educativas. “Es urgente comenzar a indagar el porqué del fenómeno, que no es de hoy. Se está destapando un problema viejo y estructural que ha subsistido en el sistema educativo, en el seno de la sociedad y dentro de la familia”, aseveró.
Para él, el principal problema es el viejo modelo de sistema educativo, en el que predomina un concepto de escuela-cárcel y en el que la dominación persiste. “Este modelo se acentuó en la última década del correato, frenando la democracia y la realización plena de los Derechos Humanos de los escolares”.
Otro de los problemas que identificó es la alta demanda de la educación pública, lo que provocó acceso abrupto de docentes poco preparados, sin formación, sin los filtros necesarios como: pedagógicos, vocacionales y psicológicos. “Esto ha dado lugar a que se infiltren en el cuerpo docente personas con enfermedades mentales y actitudes que atentan contra la sexualidad y la libertad de los estudiantes”, afirmó.
Una de las soluciones que propone es una educación democrática, donde exista transparencia, rendición de cuentas e incluso juzgamiento de su propio entorno. En el que pueda la propia comunidad (docentes, autoridades, sociedad y alumnado) tener inmediata capacidad de reacción ante cualquier hecho”, concluyó.